Stand Apricots Salón Erótico de Barcelona
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¿El porno es sólo para pajearse?

Cuando entrevisté a Alex Salgado en el Salón Erótico de Barcelona Apricots, aún faltaban dos días para que el evento acabase. En aquellos días mi preocupación más grande era la de no morir ahogada en los hectolitros de flujos corporales que salpicaban de los escenarios. Durante los cuatro días nunca me quité el impermeable para la lluvia monzónica y la máscara con tubo de buceo. Alex Salgado, que tiene mucha más experiencia que yo en esto, me contó que al salón siempre se lleva unas prendas de recambio porque “como no es agua, luego al volver a casa en metro o en autobús la gente se aparta y nadie se quiere sentar conmigo”.

Marginación y rechazo, esto supone a veces el trabajo tan duro que le ha tocado a Alex Salgado. Para los que no sepan quién es, Alex es un locutor cuyos programas radiofónicos se centran en sexo y pornografía. Hace poco amplió el abanico de contenidos creando un nuevo programa dedicado a otras temáticas aún más cultas: el corazón y el cotilleo.

Alex, ¿por qué decidiste hablar de sexo y pornografía? ¿Fue la única vía que encontraste para ver desde cerca a una mujer desnuda? Bueno, la respuesta rápida y más de derechas sería por capitalizar éxito y dinero. Pero la verdad es que el sexo siempre me ha buscado a mí. Durante la etapa radiofónica, es decir, antes de pasar al formato Internet, abría líneas telefónicas y la gente me llamaba para confesarme que le ponía los cuernos a su marido, que su pareja quería ir a un club de intercambio, cómo se lo comía a su mujer… yo no preguntaba eso, pero la gente siempre ha visto en mí una especie de extraño confesor con el que poder hablar. Entonces decidí reconvertirlo y ya que el sexo me buscaba a mí, pues decidí hablar de ello. Cuando pasé a la radio por Internet, al no estar en directo y no tener la opción de que la gente me llamara para explicarme sus aventuras, lo que hice fue recurrir a la industria del porno para poder seguir manteniendo el nivel de marranismo que reclama la audiencia. Si mañana decidiera hablar de otra cosa que no sea sexo, no me escucharía nadie.

¿Algunas veces te has puesto cachondo grabando un programa? Jamás. Y mira, hace 5 minutos estaba grabando con una actriz porno y durante la entrevista me ha metido mano y nada. Nunca jamás he tenido una erección haciendo un programa.

Eso de que te metan mano así… ¿Te dejas sin decir nada? Ya no, es que ha llegado un momento que es como si te tocara tu amiga o tu vecina, no sé… forma parte del negocio. Te acostumbras.

¿En tu intimidad te has masturbado pensado en las entrevista más pícaras? Mira, me ocurre una cosa que es horrorosa: imagínate que tú fueras actriz porno, tú me puedes poner mucho y me puedo tocar viendo tus escenas. Si mañana te entrevisto, vas a perder completamente el sexappeal…

¿Y te sucede por qué las oyes hablar o hay otra razón? RISAS. Bueno, sí, primero porque las oígo hablar y la mayoría no serían eminencias universitarias, y luego porque se crea un vínculo particular. Te explico: hay mucha gente que tiene una mala concepción sobre mi programa, piensa que hablo de porno pero no es así: yo hablo con actores porno de la vida. Ahora, por ejemplo, la misma chica que me ha metido mano ha acabado llorando en la entrevista…

¿Tan pequeña la tienes? RISAS. Podría ser, pero en realidad lloraba porque me estaba contando algo triste de cuando era pequeña. O por ejemplo, otro actor que estaba entrevistando antes me contó que debe 4.000€ al banco y que casi no llega a final de mes. Al final, conociendo esos detalles tan personales e íntimos, ya no puedo masturbarme pensando en ellos.

Yo creo que si te masturbaras pensando en la deuda con el banco que tiene ese pobre actor serías un tío un poco chungo. Pero bueno, volvamos a tus programas. Desde hace un tiempo has introducido nuevos temas relacionados con el famoseo y el corazón. Sabes decirme qué vende más, ¿el sexo o el cotilleo? Ambos venden muy bien y te diré más: en el fondo son la misma cosa. El nivel de sexo, egocentrismo y cocaína es el mismo en todos los lados. Entonces da igual que entrevistes a un tertuliano del corazón, que a un actor porno. La audiencia será grande para ambos.

Alex Salgado radio
Fotografía © Alex Salgado

¿Qué opinas del porno mainstream? ¿Crees que llegará un momento en el que cambiará y será aceptado por la sociedad? No, no lo creo. Pero el problema no lo tiene el porno, el problema lo tiene la gente. Creo que podrían rodar otro tipo de porno y que la gente no va a querer verlo porque quiere ver el porno de toda la vida. Y la demostración es que los pocos directores que han intentado hacer el mal llamado “porno para mujeres” han fracasado estrepitosamente y han tenido que volver a hacer porno normal y corriente.

¿Y ejemplos como el de Erika Lust? Económicamente el producto de Erika Lust no es viable. Erika Lust, o hasta cierto punto el discurso feminista de Amarna Miller, quedan muy bien en programas como Buenafuente o de Risto Mejide, pero a la hora de… perdona la expresión… a la hora de la paja, la gente busca otra cosa. ¿Para qué la gente mira el porno? Lo mira para masturbarse, sea hombre, sea mujer, sea en pareja y luego acabar follando, es así, el porno es eso. Nadie ve porno como puede ver una película de terror, la gente quiere masturbarse. Y con el porno de Erika Lust no lo puedes hacer.

Pero el target de Erika Lust es otro, no es el hombre acostumbrado al porno mainstream que busca sólo la paja, ¿no crees? Sí, pero repito, el porno sirve para masturbarse. Eso es como si te digo que la gente va a una casa de citas para charlar. Alguien habrá que va a tomarse algo allí por estar en compañía, pero la mayoría va a follar. Lo mismo con el porno. Mira la cantidad de gente que hay aquí con móviles y con cámaras grabando los shows. ¿Para qué? Para que vayan a casa y luego se hagan una paja. El producto de Erika Lust está muy bien para que mañana sea tu cumpleaños y te lo regale y te haga la broma, o también en una despedidas de solteras: “¡Mira, una película de Erika Lust!” – “¡¡Ay, qué bonita!!”. Queda bien porque no te estoy regalando una peli de porno alemán súper bruto, que es el que luego en realidad vas a mirar. A todo esto yo le llamo postureo. Es porno hipster.

Y fue así que Alex puso un punto final a nuestra charla, dejando su juicio sobre el porno más claro que un ano que acaban de blanquear. Aún así, podéis hacerle más preguntas sobre este tema o lo que os salga de allí escribiendo directamente a él en todas sus redes sociales. Seguro que tendrá una respuesta satisfactoria para todos vosotros.

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