Barcelona, 2016, viaje de negocios. Las reuniones se suceden sin darte el tiempo de respirar y, menos aún, de masturbarte en paz. Tras una semana de trabajo extenuante y de abstinencia sexual, hoy, por fin, acabarás pronto y podrás aprovechar tu tiempo como quieras. ¿Y qué es lo que quieres? Pues, correrte en la cara de tu vecina del 4º. Desafortunadamente ella no está por la labor, ni se encuentra en Barcelona. ¡Que vecina más decepcionante tienes!
Pero tú mantén la calma y quítate las manos del pito, que ya basta de dedicarle pajas a ella. ¿Cómo puedes seguir ignorando el hecho de que tiene 87 años? Lo que te hace falta es carne fresca, jugosa y sabrosa; y tienes suerte porque ahora sus nietas están disponibles. Lo único que tienes que hacer es encender el ordenador y buscar “nietas de compañía a mi hotel”.
Finalmente te pones manos a la obra. A la obra, dijimos.
Primer resultado de tu búsqueda: Apricots. Entras, seleccionas la chica que más te gusta, llamas a tu vieja vecina y preguntas por la nieta más cachonda que tenga disponible. Como no te apetece salir, quieres que ella se desplace hasta tu hotel. Pero pasa algo: empiezas a rayarte por una serie de motivos más o menos razonables como, por ejemplo, el hecho de que los trabajadores del hotel entiendan que con esa chica de 20 años no vas a hablar de física cuántica, ni tampoco de cómo solucionar el problema del cambio climático.
Sin embargo, te estás olvidando de algo muy importante: las escorts, al igual que tú, buscan discreción y anonimato. Así que acabas esperándola en el hall del hotel, porque quieres estar seguro de que nadie le haga preguntas incómodas y descubra que no sois dos científicos del CERN en reunión secreta.
Llega bien vestida y con ganas de regalarte una última noche inolvidable en Barcelona, a cambio de una aportación económica para su fondo de estudios.
El resto ya te lo sabes: pórtate como un caballero, sé amable, educado, simpático y altruista. Y para las escorts que prestan servicio en un hotel, tenemos tres consejos básicos: 1) Lleva condones; 2) Si eres independiente, dile a tu abuela dónde estarás; 3) No dejes tu bolso sin custodia cuando vayas al baño, llévalo siempre contigo.
Todo lo demás, seas cliente o chica de compañía, no hace falta que te lo contemos. Lo único que podemos decirte, a ti hombre de negocios, es que disfrutes de las últimas horas que te quedan en la ciudad. Y que te olvides, una vez por todas, de esa pobre vecina del 4º.