Lo estabas esperando: después de leer la clasificación de tipos de polla más precisa de la historia, estabas ansioso por conocer la guía definitiva de los tipos de chocho. ¡Y ya está aquí!
Los chichis son un órgano muy complejo. Seguramente, en otras clasificaciones habrás oído hablar del coño percebe, del mariposa, del bata de cola, de la llama olímpica… Pero en esta lista, vamos a centrarnos en sus características.
Coños, tan divertidos, tan diferentes, te dejan pelos entre los dientes. Pura poesía.Después de quedarme sentada durante días en el vestuario de mi gimnasio, he descubierto que existen 10 variables en las vaginas, con sus pertinentes características.
En el artículo de las pollas te propuse un juego, en el que te explicaba cada variable de tu pito e ibas seleccionando el dibujo que mejor representa tu verga y, al final, las escorts de Apricots valoraban tu “herramienta”. Y como sé que te encantó, hoy quiero que juegues al mismo juego pero al revés, que nos indiques en qué tipo de chocho te gusta más meterla.
Características de los coños
La profundidad media o normal de un chocho cuando no estamos excitadas puede ser de unos nueve o diez centímetros, pero cuando estamos cachondas (que a veces lo estamos más que vosotros), la vagina puede aumentar en dos o tres centímetros más, o sea unos 13 cm. Un secreto, las chicas bajitas suelen tener la vagina más corta y, como en los primeros 5 centímetros es donde tenemos la sensibilidad, disfrutamos igual o más que el resto. Los chochos con una profundidad larga son más placenteros para el hombre pero no tanto para la mujer.
Si combinas una penetración larga y profunda con una superficial solo metiendo la puntita, la chica experimentará todavía un mayor placer.
Como ya te comenté, varios de mis mejores polvos han sido con pitos XS, recuerda que tenemos el clítoris y el punto G en la entrada de la vagina.
El diámetro de una vagina es relativo. Piensa que tanto entra un micropene como sale un niño de 3 kilos. El promedio de la abertura del chichi es de 8 cm, y muchos hombres piensan que no la podrán meter toda porque están muy bien dotados. Chicos, nuestra vagina puede acomodarse tanto en grosor como en longitud a casi todo tipo de penes. O sea que no te preocupes por tu tamaño: sea grande o pequeño nuestra vagina sabrá “abrazar” a tu pene.
En una de mis investigaciones he encontrado cuáles son los objetos más comunes que suelen meterse las mujeres europeas por el coño para estimularse y seguro que os sorprenderán tanto como a mi: el mando a distancia del televisor, un móvil, un dildo, un pepino, un puño, un plátano, una zanahoria, y así podríamos seguir. Y las americanas se meten botellas directamente. Si decides meterte una botella, cuidado que hace vacío. Seguro que en alguna ocasión has conocido a alguien que conoce a alguien que tuvo que ir a urgencias por una botella atascada en el coño. Bueno, yo sí.
¡El tamaño no importa! Te lo digo siempre y no me crees. Al igual que tu pene, nos da igual el tamaño si se sabe usar bien. Existen clítoris grandes como aguacates y otros más pequeñitos como guisantes. Su punta o glande asoma en la parte superior de la vulva, pero el clítoris se extiende por el interior de los labios mayores, el perineo y rodea el tercio inferior de la vagina. El clítoris solo tiene una función, dar placer, pero lo importante es saber cómo estimularlo.
Es el extremo visible del órgano. El glande del clítoris es como el glande de tu pene, que es el sitio donde hay más terminaciones nerviosas lo que hace que experimentemos orgasmos más instantáneos. A veces puede estar escondido por un capuchón, con lo cual tendrás que apartarlo con tus dedos para poder dejarlo a la vista. El clítoris se debe rozar muy suavemente porque al tener tanta sensibilidad puede ser molesto, ¡si me pasas tu glande por encima del mío vamos a ser muy glandes! Perdonad, pero es que las bromas de glandes me pueden. Puedes acariciar este punto con un vibrador o con los dedos mojados con un poco de saliva o lubricante.
He observado mi vagina durante días, qué digo, durante años. Me encanta observar mi chocho. Normalmente lo tengo de un color rosa claro pero cuando me pongo muy cachonda, cuando estoy realmente excitada se me pone de color terracota. Bueno, y me han dicho que cuando te haces mayor también se va oscureciendo. Recuerda que las florecitas son bonitas de todos los colores.
Cuando miro hacia abajo, suelo verlo casi siempre igual, pero si miro a mi alrededor, todos los chochos de mis compañeras son de otras formas. Algunos parece que pasen hambre porque están muy cerraditos, en cambio, a otros les sobra carne por todos lados, los labios menores les caen hacia abajo. ¿Será porque follan mucho? Y luego están los coños burger, que tienen forma de hamburguesa y que a tantos les apetece comerse. Y no podemos olvidarnos de los coñitos perfectos, los ejercitados, que parece como si hubieran ido al gimnasio a ponerse en forma.
Tengo que admitir que gracias a las Kardashian descubrí que existe una línea de cosméticos para dar a mi vagina un aspecto saludable, terso, joven y feliz.
Aunque podemos encontrar desde coños pequeños a chochazos, parece que los hombres no se fijan mucho en el tamaño del coño, al menos cuando están conmigo prefieren tocarme y ponerse manos a la obra sin mirarlo demasiado. Lo que sí que les gusta a algunos es ver un clítoris pronunciado para cuando quieren hacerme sexo oral poderlo encontrar más fácilmente. Además, dicen que tienen más personalidad.
Creo que no se ha compuesto ninguna canción por la raja de un coño, en cambio, sí por la raja de una falda. ¿Quién se fija en la raja de un coño? ¿Te has fijado alguna vez en la raja del potorro? Hay rajas muy cerraditas que para abrirlas se necesita la ayuda de un abrelatas, y otras que necesitarían de un sargento para volver a cerrarlas.
He tenido alguna que otra experiencia lésbica y, una vez durante una noche loca cuando me dirigía a comerle la concha a uno de mis ligues se me abrió de piernas estando tumbada en la cama y vi la entrada de la cueva de Ali Baba y los 40 ladrones. ¡Qué apertura! Allí tuvo que entrar algo más grande que la del Niño Polla o Nacho Vidal.
Personalmente soy de las que le gusta ir rasuradita, aunque he tenido épocas que me gustaba hacer formas con mi vello púbico en el monte de venus: un corazón, una flecha e incluso lo había llevado teñido. Algunas de mis compañeras de gimnasio se aplican el dicho “donde hay pelo hay alegría”, y madre mía si tiene que haber alegría, para llegar a la cueva debes hacer una expedición por la selva, apartando todo tipo de follaje frondoso.
Si eres de los que les gusta practicar el cunnilingus, vamos, comer un coño, te recomiendo que lo hagas cuando el chichi esté rasurado, si no puedes tragarte algunos pelos, aunque bajar a jugar con los coños peludos también tiene su gracia, puedes jugar con tu pareja diciéndole que tienes bigote. Me dirás que nunca lo has hecho. 😉
Cuando me pongo cachonda lubrico más que cuando parto un coulant de chocolate, aunque a veces también tengo que recurrir a los geles. Si tu coño está más seco que el de un maniquí y no tienes un lubricante en casa, siempre puedes recurrir a la mantequilla o al aceite de oliva. Un consejito, el lubricante no puede faltar en tu mesita de noche, igual que los preservativos.
Cada mujer es única y particular, con el paso del tiempo el chichi va cambiando, y al igual que todo en la vida, se vuelve más pícaro.
Te invitamos a dejar un comentario con el tipo de coño que te gusta comer y/o follar, o bien, cómo sería el coño de tus sueños.
buen articulo