En muchas ocasiones, la mente suele jugarnos malas pasadas. Y si la tienes sucia como la mía, todavía más. No sé si es por cultura, genética o simplemente por vicio, pero siempre estoy pensando en sexo. Rara es la vez que no me levante mojada. ¿Crees que solo me pasa a mí?
Yo soy una persona erotofílica, tengo una actitud positiva hacia la sexualidad y la erótica. No tengo reparos en hablar de cualquier tema, y menos de sexo. Desde jovencita en mi casa hemos hablado de educación sexual desde un enfoque positivo, nunca negativo, exactamente todo lo contrario de lo que decía Louis Van Gaal.
Hace tiempo que me cuesta ver el sentido literal de las cosas, las frases que escucho a diario las recibo con doble sentido, lo entiendo todo al revés, con un significado erótico. Les estoy dando un sentido sexual a expresiones o acciones que no lo tienen. ¿No os ha pasado alguna vez que estáis entre amigos o amigas y, al pelar o comerse un plátano, os ha venido la risilla tonta por pensar que está haciendo una mamada?
Como soy muy curiosa, durante el fin de semana, empecé a realizar una lista con algunas frases y expresiones con connotaciones sexuales.
Sacar punta al lápiz: Una expresión tan inocente puede convertirse en pura poesía. Te imaginas que una chica te diga, cuándo quieras sacarle punta a tu lápiz, te presto mi sacapunta.
Mojar el churro: ¿Cuándo te gusta mojarlo? Yo cuando termino la fiesta, antes de ir a dormir. En Barcelona hay sitios donde ofrecen un chocolate de primera.
Abrir la almeja: Qué podemos decir de esta expresión sexual. Es una de las más conocidas.
Pelar (una fruta): Esta expresión me hace mucha gracia cuando mi madre le dice a mi padre, ¿quieres que te la pele…? La mandarina.
Tocar la zambomba: No hace falta que sea Navidad ni cantar villancicos para “tocar la zambomba”. Lo mejor es que os la toquen mientras disfrutáis del ritmo.
Llevar al huerto: Cuando mi padre le decía a mi madre, te voy a llevar al huerto, no sé por qué pero siempre creí que iban a plantar patatas o cultivar nabos.
Marcha atrás: En casa siempre escuchaba a mi madre decirle a mi padre, cuidado con la marcha atrás, cuidado que puede tener consecuencias. Sabía que mi padre era mal conductor, pero no tanto.
Ponerse mirando a Cuenca: ¿Hay alguien que sepa dónde está Cuenca cuando estamos en la cama?
Comértelo todo: Mi madre me inculcó que siempre nos lo tenemos que terminar todo. Y yo, nunca dejo nada en el plato.
Correrse para un lado: Cuando me dicen, córrete un poquito más. Espérate un momento, hombre, necesito mi tiempo.
Me gustan más las puntas (del pan): Las puntas del pan siempre están duras, como a mi me gustan. Pero cuidado con morder demasiado fuerte.
Qué paquete más grande: Al ver el repartidor de Amazon cuando entra por la puerta. ¿En qué estabas pensando?
Estoy caliente: Y no, no me refiero a cuando tengo fiebre.
Comer conejo: A mi el conejo no me gusta especialmente, pero si me gusta que me lo coman.
Cuando me vaya a correr te aviso: Cuántas veces he escuchado decir esta expresión a mi padre, pero lo curioso de todo, es que nunca lo he visto con el traje de running puesto. ¿Será que es un perezoso?
Me encanta la nata: La nata siempre le da sabor a las cosas. Personalmente me gusta en los pechos y en los labios.
Como has visto, las frases eróticas con doble sentido pueden dar mucho jugo, perdón, juego. Pensar en sexo es inevitable, estamos rodeados de tentaciones, por lo tanto, es mejor disfrutarlo que intentarlo eludir.
No olvides que puedes salir a correr acompañado, hacer una parada para comer una almeja o conejo (depende de si te gusta más la carne o el marisco), acompañarlo con la punta del pan, ofrecerte a enseñar dónde está Cuenca y terminar dulcemente con nata recién montada.
¿Me ayudas a ampliar mi listado? ¡No des marcha atrás, saca punta al lápiz y escribe!
Hay una expresión muy española que algunos hombres les exclaman a su paso a las mujeres que les gustan: «Te voy a comer todo lo negro…». No habla de carboncillo o rimel. Sino de que le comerá el chichi. Donde lo negro es el vello del pubis. Y luego otra expresión:»Te voy a escudriñar la almeja». El tipo que se ofrece a una mujer para entretenerse con sus bajines…