Esta noche, mientras estaba de cena con mis amigas, he recibido un whatsapp de estos que se envían en los grupos de amigos en el que una mujer explicaba el por qué los hombres son tan felices. Ya podéis imaginar el debate que se ha montado alrededor de la mesa, que si un hombre puede comerse un plátano en un sitio público y no pasa nada, que si las canas los hacen más atractivos, solamente tienen que afeitarse la cara y si no lo hacen no pasa nada…
Aparte de reírnos un rato, a la mente más calenturienta de la mesa (por si alguien no lo sabe, es la persona que se excita sexualmente con más facilidad) se le ha ocurrido una idea, levantarnos de la mesa y buscar a los tíos más buenorros del restaurante para hacer un debate con otro punto de vista. Bueno… ¡y lo que surja!
Una vez encontradas las presas, perdón, los tíos buenos, les hemos preguntado, ¿realmente creéis que los hombres son más felices que las mujeres? No hace falta decir que han quedado ojipláticos, no por la pregunta, sino por nuestra vestimenta sexy. Las señoritas tenemos que ir bien arregladas, nunca sabes cuando encontrarás una oportunidad para follar, aquí las cosas claras. ¿Quién sale de fiesta un día por la noche sin intención de ligar o follar? Incluso los casados, sí, los casados también, por eso se toman tres copas, así tienen alguna excusa si son un «poco infieles«; que si fue el alcohol, que si yo no quería… Ay, creo que mi amiga no es la única que tiene la mente calenturienta.
Después de charlar con estos chicos tan majos, acabé por meterme en su cama, sí, no me pude resistir.
No os mortifiquéis si un día salís y hacéis estas cosas; las mujeres nos mortificamos mucho. Tenemos el derecho de hacer lo mismo que los hombres, disfrutar de la vida y de nuestro cuerpo. Según un estudio de la Office for National Statistics (ONS), las mujeres somos más propensas a sentirnos más felices que los hombres pero experimentamos más ataques de ansiedad. Esta es una de las razones por las que estoy en Apricots, me lo paso bien y me saco la ansiedad de encima continuamente, ya podéis imaginar cómo lo hago.
No lo parece, pero los hombres son felices mirándose al espejo. Sobre todo disfrutan haciendo posturas, y no digamos si van desnudos, ¿qué hombre no ha hecho el helicóptero alguna vez? Si no sabes qué es hacer el helicóptero, cariño, tendrás que buscarlo en Google.
En cambio, para nosotras mirarse al espejo es una tortura, nos vemos viejas, nos encontramos arrugas, en general vemos todas las imperfecciones. Pero eso es bueno, ya lo decía Marilyn, “la imperfección es belleza, la locura es genialidad y es mejor ser absolutamente ridículo que absolutamente aburrido”.
Muchas veces las mujeres creemos que los hombres son más felices porque tienen una vida más relajada, casi todos creen que son buenos en la cama. En cambio, las mujeres pensamos en todo momento si lo estamos haciendo bien, si les damos el suficiente placer. Cómo me gusta encontrarme a gentlemen que me hagan gozar y gritar por todo lo alto.
Algunas de las afirmaciones que leímos en el mensaje de whatsapp del por qué los hombres son más felices que las mujeres me han hecho reflexionar mucho, por ejemplo, es cierto que los zapatos nuevos no les destrozan los pies, claro, ellos no llevan tacones. ¿Os imagináis a los hombres con tacones? Seguro que no aguantan ni la mitad que nosotras. Pero que sepáis que no llevamos tacones para ser más altas, los llevamos porque pensamos en vosotros, porque os queremos dar placer, sí, placer. Queremos que miréis nuestros tobillos, deseamos desencadenaros un proceso de sensaciones sexuales agradables y estimulantes solo con mirar nuestros pies, que nos deseéis. Al final las que salimos ganando somos nosotras porque nos acariciáis, chupáis, cosquilleáis, laméis y besáis los pies. Es un win-win en toda regla, todos salimos ganando.
Otra afirmación que me dejó sin habla es que se gastan solo 5€ en un pack de 3 calzoncillos. ¡Nosotras llevamos braguitas y conjuntos sexys que cuestan bastante más que 5€ para poneros a mil! Chicos, un poquito de por favor, como decía el actor. A nosotras también nos gusta que llevéis unos calzoncillos bien apretados que os marque bien lo que hay que marcar, pero sobre todo que no tengan agujeros. Sí, me he acostado con chicos que tienen slips agujereados, no sabéis el bajón que da. Bueno, lo dicho, unos calzoncillos limpios y sexys para que nos pongáis a mil.
Cómo he dicho al principio, hay una afirmación que sí me molesta, ¿por qué las mujeres no podemos comer un plátano en un sitio público? Todos sabemos que un plátano tiene forma fálica, es cierto, con él podemos practicar el sexo oral, pero hay más alimentos con esta misma forma o similar. Entonces, ¿las mujeres tenemos que escondernos para comer alimentos con una forma concreta? ¿Si tengo un Calippo o una porra en la mano, la gente me mirará mal? ¿Me mirará con cara de vicio? Sinceramente, me da igual. Me gusta provocar. Sea con un plátano, un Calippo o una porra, cuando me los coma, voy a miraros con cara de viciosilla, que es lo que soy. Y además, no tengo que esconderme de nada, hago lo que quiero y cuándo quiero. Y si quiero hacerlo en público, lo hago.
Bueno amores, pero si solo es un whatsapp con algunas frases y en clave de humor, no hace falta tomárselo a mal aunque nos haya hecho reflexionar un poco, tenemos que mirarlo por el lado positivo. Gracias a este mensajito pude acercarme a una mesa de tíos buenos donde al final, bajé unos buenos calzoncillos, me tocaron y acariciaron los pies, y comí un buen plátano, eso sí, en privado. Y luego dicen que los hombres son más felices que las mujeres.
Antes de dejaros, quiero compartir una reflexión, nosotras podemos excitarnos por la calle delante de un hombre sin que se nos note y sin pasar vergüenza.
Y tú, ¿qué opinas? ¿Qué ventajas crees que tienen los hombres que no tengan las mujeres o viceversa?